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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Problemas de transmisión

Al recuperar la consciencia me encontré suspendida bocabajo, con la visión distorsionada mirando hacia un suelo manchado de un liquido rojizo. Me asusté al darme cuenta de mi situación aunque sin recordar como había llegado hasta ese punto.
Me dolía todo de tal manera, que cada movimiento de mi propio cuerpo al balancearse me provocaba ganas de aullar de dolor. Tardé bastante tiempo antes de ponerme a visualizar mi entorno con detenimiento y cuando lo tuve todo más o menos ''controlado'' intente desenganchar mi bota del trozo de hierro saliente, pero no pude calcular el espacio entre el suelo y mi posición, no parecía muy alejado pero tampoco iba a ser una caída bonita. Al soltarse la bota, hizo un pequeño ruido, como cuando se rompe la tela de unos pantalones tejanos y caí, dándome con el hombro derecho contra el hormigón. Me quedé ahí, el dolor no me permitía moverme y mis ojos miraban a mi alrededor observando como el suelo estaba teñido de rojo algunos centímetros mas allá de mi cabeza. Sentí como poco a poco el dolor me adormecía el hombro así, que aproveché para levantarme con sumo cuidado y para ello, tarde bastantes minutos más. 
La luz no pasaba apenas por la boca de la alcantarilla y el frío allí abajo era bastante notable a pesar de ir con una chaqueta, me estremecí y hablé para mi misma.
-Si al menos tuviese un plano de las alcantarillas, sabría por donde debo ir... ahora no puedo ni subir y obvio que ya estoy todo lo abajo que podría llegar.
Me detuve pensando atendiendo a la corriente de las aguas residuales, era extraño, no seguían varias direcciones si no que parecía que iban hacía un mismo lugar viniese de donde viniese. 
-Quizás lo mejor que puedo hacer es seguir la corriente... digo yo, que a pesar de que las depuradoras ya no estén en funcionamiento en esta ciudad por la puesta en marcha de los nuevos modelos individuales, este agua debe de ir a algún sitio... quizás tenga suerte y encuentre pronto alguna vía de escape...
Suspiré con tristeza intentando no perder la confianza en que las viejas rutas seguían operativas pese a todo y caminé hacia lo que parecía abajo, siguiendo la corriente.


*****
(Mientras tanto en otro lugar de la ciudad de Detroit.)
Apartamento de Chrisla Stevs con número de identificación: 0571184M, 7:48pm, a 20Km del barrio bajo este de Detroit.
Chrisla se levantó de su cama después de haber pasado toda la noche en vela intentando terminar a tiempo un trabajo para la universidad de ciencias. Se había acostado a eso de las dos de la tarde y apenas había conseguido dormir bien un par de horas ya que las constantes pesadillas la estaban acosando cada vez que se le ocurría cerrar los ojos. 
Antes, de pequeña, estaba acostumbrada, pero desde que se fue a vivir al nuevo distrito por orden de sus padres, parecía que cada vez estuviese peor.
No comía en paz porque algunas de sus visiones la quitaban el hambre, y su amiga Karen no se extrañaba, algunas de las que le había contado eran cuanto menos desagradables. 
Unos minutos mas tarde se levantó del todo vistiendo una camisa de tirantes blanca y unos tejanos rojos, caminando descalza para bajar las escaleras de caracol hasta la cocina. Toda la casa estaba perfectamente amueblada y acondicionada aunque el calor, por no haber encendido el aire, en esa parte de la ciudad era sofocante al máximo ella prefería no poner el aire frío; según ella solo consumía mas electricidad en un mundo que abusaba constantemente de ella para absolutamente todo.
-Un puticlub tiene mas gasto de luz que el propio ayuntamiento de la ciudad. - Esto siempre lo decía cuando alguna de sus amigas iba a su casa y le sacaba el tema del aire acondicionado.
No era una chica demasiado amable, siempre iba a su ritmo y no dependía de nadie. Ni coche, ni televisor ni radio, apenas sobrevivía con un viejo aparato de música Mp5. Era de ese tipo de chicas que hasta que no las conoces bien, no sabes si van a darte un estufido o un abrazo.
Por lo físico... bueno, nadie tenía queja de ella, alegraba bastante la vista según sus compañeros de clase. Chica de pelo largo y de color morado y flequillo azul, tres pendientes en su oreja izquierda. Cara ovalada, perfecta con nariz proporcionada y ojos grandes grises. Labios rosados carnosos y definidos, piel morena con tonos dorados. Metro cincuenta y ocho apróximadamente y delgada aunque su fuerza no la discutía ningún chico de la universidad.
Estaba preparándose un café después de haberse mirado en el espejo del pasillo en la cocina, situada en el extremo derecho de la casa, cuando llamaron a su teléfono.
-Chris? - Una voz de mujer mayor sonaba al otro extremo de la linea con un tono amable pero lineal.
-Buenas tardes Margaret... iba para clase pero me entretuve con... 
-No importa eso. Chris, ¿te das cuenta de la suma de faltas que llevas desde hace dos meses hasta el día de hoy?
Intenté responder con toda la naturalidad de la que fui capaz aunque seguramente de haber tenido un cuchillo a mano podría haberse cortado su mal humor con el.
-Es algo puntual y lo sabes. No volverá a pasar yo...
- ¿Cómo le explico al director que esto es algo puntual Chris? Me estoy dejando mi tiempo y mi dinero para que tu exposición en la feria de eventos tecnológicos tenga un beneficio ''simbólico'' y tu me pagas faltando los días en los que más te necesito. Pero no quiero ninguna explicación ya sabes que tu vida es tuya y lo que hagas en tu tiempo libre no me interesa lo más mínimo, tan solo termina tu trabajo para la semana que viene y trae tu PDÜ para que pueda comprobar cuales son las faltas que podemos justificar. 


La linea se cerró tras las últimas palabras de Margaret. Ella era la subdirectora de producción en la feria anual de eventos tecnológicos: la F.A.E.T
Hacía meses que estaba subvencionando los proyectos tan costosos que estaba llevando acabo en su universidad pero pese a todo, no conseguía unos resultado estables en sus proyectos últimamente, sus amigas decían que era por el estrés al que estaba sometida y las pesadillas.Un problema de ''transmisión'' temporal de sus neuronas. Su conciencia también quería pensar en algo así, pero desde hacía días que solamente pensaba que no servia para las ciencias.
-Quizás deba volver con mi padre a Miami... después de todo allí al menos vería la luz del sol más de lo que estoy haciendo en esta estúpida ciudad. 
Rebufó y dio un largo trago a su café solo, dirigiéndose al segundo piso de nuevo, volviendo al trabajo una vez más. 


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