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martes, 18 de diciembre de 2012

Cuando nadie escucha...

Es la teoría de siempre. La gente camina, mira, oye, parlotea, rie... pero nadie quiere a los que andan lento, a los que se fijan en cada paso, en los que escuchan, conversan, lloran o insultan...
La gente se desespera y, ¿quién nos escucha?
En estos días las cosas están cambiando y en nuestro Limbo, estamos luchando en el bando equivocado. Creemos que estamos solos. Pensamos con la certeza de nuestras almas que no hay  nada mas que ayudar al prójimo pues ello nos dará la felicidad, pero, cuan equivocados nos encontramos al atisbar un rayo de lucidez ante tanta calamidad a través de los ojos de los demás. 
Yo te miro a los ojos y veo dolor o penurias, ya no queda nadie con aires de elegancia. Poco a poco el pensamiento humano se ha ido deteriorando hasta dar con la pequeña parte que había en cada uno, esa porción que solo pensaba en hacerse el propio bien a costa de los demás. Y ahora a los que hacíamos eso desde que tuvimos noción de la realidad en la que vivíamos, nos giran la cara. Dicen que no es lo mismo haber robado por necesidad antes, que hacerlo ahora pero, ¿es que acaso el paso del tiempo es tan importante como para ser capaz de cegar los ojos de esa manera a la psique humana?
Lo cierto es que poco importan las preguntas, dar afirmaciones con verdades duras e irremediables tampoco sirve de mucho, pero desahoga ¿verdad? 
En muchos casos cuando decidimos tomar la decisión de juzgar la vida de otro no tenemos en cuenta que la propia esta hecha un desastre en algún punto y que ello, no nos permite mirar las cosas desde el ángulo correcto. No hay mas que ver la política, la economía, la religión y la sociedad jerarquizada que nos rodea. Si miramos un esquema desde la Edad Media hasta ahora, no hemos cambiado mucho en nuestra forma de comportarnos. Ante las necesidades seguimos siendo animales y eso es indiscutible, bien, llegados al punto, las personas que nos pasamos toda la vida escondiendo nuestras caras para no hacer daño aún a nuestro pesar de tener que callar opiniones reveladoras hacia aquellos que creen que solo hacen lo correcto por que sí, ¿qué debemos hacer? Ahora tenemos la razón y vemos como delante de nuestras manos resbala la sangre de un Cristo al que nosotros mismos crucificamos por incompetentes y miedosos. Terror a esta sociedad que desde hace años nos ha inculcado una masoquista forma de vernos unos a otros desterrando la posibilidad de abrir la boca y encontrar palabras contra otras, porque de hacerlo, las únicas muestras que tenemos, son las guerras. Todo extremo es malo, y en esta sociedad construida sobre ellos mismos, se puede apreciar la decadencia día tras día. Es un infierno adornado con alas blancas delante de nuestra vista al más allá en el tiempo.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Cap. 02: Universos Paralelos. Tiempos Infinitos.

 Número de serie 2802C.
Fue la sensación mas extraña que jamás sintió. Entre sus dedos parecía haber una masa gelatinosa que limitaba sus movimientos y su pelo lo movía un aire tan liviano y frío que erizaba su piel. Extrañamente pudo oír como sus poros se abrían de forma natural con el viento, en aquel lugar los colores distaban demasiado de los de su ciudad. Miró tras ella y solo vio un camino largo y con bruma que le aseguraba que desde ese punto exacto hacia atrás solo conseguiría perderse más en aquel mundo. Desde luego esa no era la misma calle en la que estaba hacía escasos segundos. Tragó saliva la cual pudo oír como si retumbase entre la madera de los árboles caídos y cogió fuerzas para seguir adelante. Le costo dar el primer paso y le comenzaron a sudar las manos, pareció que aquello derretía o hacia desaparecer lo que fuese que tenía entre sus dedos. Se miró las manos y las cerro intentando coger fuerzas. No iba a morir en ese lugar. A veces la primera impresión de peligro suele ser la que hace que derivemos en locura e imaginemos cosas o monstruos donde no existen y convirtamos sombras en terribles fantasmas, pero por desgracia para ella, para mi querida muñeca, nunca sabría bien si huir o luchar, si enfrentar sus demonios o correr. 
Pasaron varias horas en las que poco a poco fue cogiendo mas confianza en los pasos que daba, además se centro en las vistas de su alrededor divisando a duras penas cada cierto rato, edificaciones en maderas rotas pareciendo realmente antiguas... evitó pensar que alguien las había destruido, pues eran realmente altas y parecía que antaño hubiesen sido resistentes. Cuerdas colgaban de algunos arboles y estos adoptaban formas retorcidas en algunas ramas, eso la distrajo demasiado y se paró en mitad del camino. Quise avisarle, os juro que lo intenté, pero no sirvió de nada. Tan enfrascada estaba en su imaginación que no vio la terrible criatura que se cernía sobre ella en silencio, reptando entre la hierba casi a sus pies. Para cuando se dio la vuelta, descubrió una enorme serpiente de varios metros, llena de engranajes cromados en negro bajo la cabeza y por colmillos unas largas y afiladas cuchillas de la que goteaba un liquido violáceo brillante ante la poca luz que había en aquel lugar. Como era de esperar, lanzó un grito desesperado y aterrorizado y derribó la paralizante sensación que le provocaba ese ser, girando y comenzando a correr sin detenerse a mirar a ningún lado, de haberlo hecho, hubiese divisado no muy lejano una edificación lo suficientemente alta como para alcanzar la cima escalando y escapar de Segosth*
Tengo que apresurarme... esta apunto de suceder algo que cambiará su vida para siempre. Y no, el hecho de entrar a este mundo no es suficiente para cambiar el curso de toda una vida planeada por el Azar.

***
*Segosth: Criatura de entre uno y dos metros y medio de largo desde su cabeza hasta la cola, construido a base de engranajes y un pequeño motor que funciona procesando la materia muerta vegetal del suelo por ello, necesita reptar continuamente antes de llegar hasta su presa y matarla. Sus colmillos(dos) a ambos lados de su boca están hechos de una aleación de acero y cromo. Solo puede ser destruido atascando sus mecanismos. 

lunes, 22 de octubre de 2012

Cap. 01: Número de serie: 2802C

Introducción:
``-Cómo si cada pisada sobre la tierra pudiese congelar mi cuerpo al instante, corro hacia lo que parece el final de la bruma y me despierto. Pero siempre vuelvo al mismo punto. Creo que no son sueños, madre -Dijo pasando su mano de forma lenta por las letras talladas en la lápida.- Creo que son recuerdos, recuerdos del Limbo.´´




                                                                            ***


Pasaron varios días antes de que su enajenada mente, dejase de vislumbrar por completo la claridad de las luces en la habitación del hospital. Fue entonces cuando se quedo completamente sola y lloró por fin, aliviando la pesada carga que había estado soportando. Su madre había sido todo para ella y no contemplaba aún así, la posibilidad de que esta se hubiese marchado para siempre. Casi podía seguir oyendo su voz en la camilla contándola historias de fantasmas protegiendo aquellas paredes metálicas, hablaba de seres humanos como ella y como yo habitando la ciudad en un tiempo lejano, humanos que sufrían y no acataban del todo ordenes ni llevaban placas de identificación como si fuesen virus marcados en cuarentena y que podían correr, comer, beber y divertirse sin tener que mirar a sus espaldas por si un ciborg se apostaba frente a nosotros de repente para identificarnos así por que sí y llevarnos al calabozo sin ninguna explicación. Para el gobernante de la ciudad, el comandante Reginald, somos una plaga a la que hay que mantener a ralla para no infectar con nuestros sistemas anticuados a los demás habitantes de su nueva y poco próspera civilización.
``-Sólo es un necio. No merece la pena luchar contra el por que su misma creación se acabará revelando contra su tiranía.- ´´ Es lo que siempre solía decir su madre cuando ella se exaltaba tras ver alguna noticia acusando a alguno de sus ''hermanos'' por haber recorrido las calles sin un collar identificativo. 

Pasaron largas horas hasta que salió del hospital tras haber dejado de llorar. Recogió sus cosas y se marchó sin tener nada en la mente, ese día la niebla era más espesa de lo normal, apenas se lograba ver mas allá del largo de un brazo y todo a su alrededor parecían sombras de ruinas aunque ello no la puso nerviosa. Tenía la mirada fija en el suelo y en su propia neblina luchando por salir de sí misma, para cuando lo consiguió estaba totalmente perdida en la bruma y el olor de la ciudad había cambiado por el de naturaleza muerta. Miro al suelo observando horrorizada como el suelo metálico ahora era tierra húmeda pegándose a sus botas negras y que los muros y colosales edificios que le rodeaban, los cubrían eternas ramas de árboles secos y hiedras enrevesadas sujetando o rompiendo(no se apreciaba bien)la piedra y el hormigón. De pronto, se sintió aún más desolada e incapaz de avanzar ni un solo paso más...