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lunes, 22 de octubre de 2012

Cap. 01: Número de serie: 2802C

Introducción:
``-Cómo si cada pisada sobre la tierra pudiese congelar mi cuerpo al instante, corro hacia lo que parece el final de la bruma y me despierto. Pero siempre vuelvo al mismo punto. Creo que no son sueños, madre -Dijo pasando su mano de forma lenta por las letras talladas en la lápida.- Creo que son recuerdos, recuerdos del Limbo.´´




                                                                            ***


Pasaron varios días antes de que su enajenada mente, dejase de vislumbrar por completo la claridad de las luces en la habitación del hospital. Fue entonces cuando se quedo completamente sola y lloró por fin, aliviando la pesada carga que había estado soportando. Su madre había sido todo para ella y no contemplaba aún así, la posibilidad de que esta se hubiese marchado para siempre. Casi podía seguir oyendo su voz en la camilla contándola historias de fantasmas protegiendo aquellas paredes metálicas, hablaba de seres humanos como ella y como yo habitando la ciudad en un tiempo lejano, humanos que sufrían y no acataban del todo ordenes ni llevaban placas de identificación como si fuesen virus marcados en cuarentena y que podían correr, comer, beber y divertirse sin tener que mirar a sus espaldas por si un ciborg se apostaba frente a nosotros de repente para identificarnos así por que sí y llevarnos al calabozo sin ninguna explicación. Para el gobernante de la ciudad, el comandante Reginald, somos una plaga a la que hay que mantener a ralla para no infectar con nuestros sistemas anticuados a los demás habitantes de su nueva y poco próspera civilización.
``-Sólo es un necio. No merece la pena luchar contra el por que su misma creación se acabará revelando contra su tiranía.- ´´ Es lo que siempre solía decir su madre cuando ella se exaltaba tras ver alguna noticia acusando a alguno de sus ''hermanos'' por haber recorrido las calles sin un collar identificativo. 

Pasaron largas horas hasta que salió del hospital tras haber dejado de llorar. Recogió sus cosas y se marchó sin tener nada en la mente, ese día la niebla era más espesa de lo normal, apenas se lograba ver mas allá del largo de un brazo y todo a su alrededor parecían sombras de ruinas aunque ello no la puso nerviosa. Tenía la mirada fija en el suelo y en su propia neblina luchando por salir de sí misma, para cuando lo consiguió estaba totalmente perdida en la bruma y el olor de la ciudad había cambiado por el de naturaleza muerta. Miro al suelo observando horrorizada como el suelo metálico ahora era tierra húmeda pegándose a sus botas negras y que los muros y colosales edificios que le rodeaban, los cubrían eternas ramas de árboles secos y hiedras enrevesadas sujetando o rompiendo(no se apreciaba bien)la piedra y el hormigón. De pronto, se sintió aún más desolada e incapaz de avanzar ni un solo paso más...